Emma Goldman

Emma Goldman fue una importante brigadista judía que nació en la actual Lituania en 1869. Tuvo una dura infancia, ya que sufrió numerosos abusos por parte de su padre y algunos profesores. Por ello, con tan solo 16 decidió emigrar a Estados Unidos con sus hermanas.
Allí conocería a algunos de los líderes anarquistas, como Alexander Berkman y comenzaría a formar sus propios ideales caracterizados principalmente por el anarquismo, la defensa del movimiento obrero y el apoyo a los trabajadores.

Emma poco a poco comenzó a dar discursos y a mover a las masas, convirtiéndose en un objetivo para las autoridades, que la consideraban una agitadora social peligrosa. Finalmente, fue encarcelada y durante su condena decidió estudiar medicina. Al salir de prisión, siguió defendiendo sus ideales en numerosas conferencias, incluso participó en el Congreso Internacional Anarquista de París. Debido a su potente activismo, Emma Goldman fue considerada la "Reina de los anarquistas"

Desgraciadamente, fue detenida por apoyar las ideas de Margaret Sanger acerca de la utilización de los métodos anticonceptivos, y tras otras detenciones, la prensa estadounidense le otorgó el nombre de la "mujer más peligrosa del mundo", finalmente fue deportada y por ello se instaló en Europa. Allí escribió varios artículos para el New York World sobre la Revolución Rusa, que posteriormente pasarían a ser libros.
Seguidamente, decidió trasladarse a Canadá y en 1931 escribió su obra autobiográfica Viviendo mi vida.

En 1936, tras conocer las noticias sobre la Guerra Civil Española, decidió viajar a España para apoyar a la República con su causa y frenar así el avance del fascismo, a pesar de tener ya 67 años. Realizó tres viajes a España durante la guerra. En el primer viaje, en septiembre de 1936, visitó el frente de Aragón y conoció las experiencias comuneras. Además, conoció a varios dirigentes anarquistas como Durruti, al que tras su muerte le dedicó un artículo "Durruti ha muerto, aunque sigue vivo". Sin embargo, la CNT y la Generalitat consideraron que sería mejor que se ocupase de la propaganda a favor de la República, y por ello la enviaron como representante a Inglaterra.
 El segundo viaje fue en 1937, en el que visitó los albergues para los refugiados, y escribió sobre las pésimas condiciones en las que tenían que vivir estas personas, sobre todo los niños.

Finalmente, el tercer viaje lo realizó un año después en 1938, cuando la guerra estaba prácticamente pérdida y tuvo algunos problemas para poder salir del país, ya que la CNT no le podía garantizar su seguridad. Finalmente, en 1939 regresó a Canadá, donde falleció debido a un derrame cerebral un año más tarde.
Su labor propagandista fue imprescindible. Con su material propagandístico, conseguía divulgar el gran trabajo de los anarquistas dentro de la República, además de conseguir fondos a través de su venta. Esos fondos serían destinados a las víctimas de guerra, los refugiados o cualquier otra finalidad que sirviese de apoyo para el bando republicano.


Irene Fernández Díez 
Eloisa del Carmen Revuelta de Peralta
Vera Egea Lavandera.

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